Evaluar las políticas públicas es una práctica escasamente implementada, poco valorada e insuficientemente exigida. La transparencia es necesaria, pero por sí sola no basta. Procurar el buen uso de los recursos y bienes públicos y contribuir a la modernización de las entidades públicas (administraciones y sociedades) compete a toda la sociedad.
La ciudadanía debería convertirse en demandante implacable de la evaluación rigurosa y minuciosa de la política pública, en vigilante de cómo se administra el patrimonio público, en crítica constructiva con la gestión de lo público. Este es el camino para combatir la corrupción, para hacer que lo público sea sostenible y eficaz. Es una tarea que adquiere cada día mayor importancia para los ciudadanos defensores del Estado de Bienestar y contrarios al Neoliberalismo extremo.
En Pamplona, las unidades familiares demandantes de una vivienda en alquiler con rentas inferiores a 1.600 €, principalmente jóvenes, no han encontrado en los últimos 24 meses viviendas por debajo de 600 €. La frustración ha sido generalizada para los solicitantes que pretendían viviendas con rentas por debajo de 750 € (el 89 % de los demandantes). Solo uno de cada cinco la encontró. Esta situación es dramática, en especial para los jóvenes. Y va a más.
Gobierno de Navarra y gestores de Nasuvinsa (una de las 15 empresas públicas de la Comunidad foral) han hecho mucha publicidad de la Bolsa Pública de alquileres. No dudamos de que es una buena iniciativa para paliar el problema y de que se hace un esfuerzo grande por proporcionar un buen servicio a los ciudadanos que ceden su vivienda, para después alquilarla a aquellas personas que aspiran a una vivienda acorde a sus ingresos.
Pero, ¿cuánto les cuesta? En Ekíser hemos realizado una aproximación a sus costos. Estimación en la que hemos incluido todos los gastos en los que incurre: rentas que pagan a los propietarios de las viviendas, atención a propietarios e inquilinos, gestión y administración de rentas, seguros de continente y actos vandálicos, gastos de comunidad, certificados de eficiencia energética, financiación de las obras de mejora, etc. La cifra no es pequeña: 5.200.000 € al año. Pero, ¿alguien sabe cuánto ingresan por este concepto?, ¿qué déficit anual sería el soportable y sostenible?, ¿cuál es el grado de satisfacción de propietarios y usuarios?, ¿se puede gestionar de manera más eficiente?
En 2013, la Bolsa pública de viviendas tenía 500 inmuebles. Hoy, 776. La bolsa, en la actualidad, no recoge ni el 1% de las viviendas en alquiler en Navarra, ¿por qué ha crecido tan poco después de tanto esfuerzo y promoción?
También en este aspecto, desde Ekíser hemos hecho una aproximación. Nasuvinsa proporciona al propietario de una vivienda de 65.000 € una rentabilidad doble que la que le proporcionaría el mercado. ¿Por qué? Mientras que el propietario de una vivienda de 285.000 € obtiene una rentabilidad cuatro veces menor que el que tenga una vivienda barata y la mitad que el mercado ofrece. Esta manera de proceder no resulta equitativa y provoca frustración entre los pequeños propietarios de viviendas. Además, es evidente que a los propietarios con inmuebles por encima de 135.000 € les es más rentable acudir al mercado.
Otro ejemplo, para que no piensen que solo aludimos al Gobierno de Navarra. Estos días el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Pamplona hablaba de la inversión en la rehabilitación de 160 viviendas de su parque público en seis años y de que 258 de personas vulnerables solicitantes de vivienda no habían podido ser atendidas (la mayoría, familia con menores dependientes). Pero los números hablan por sí solos al compararlos con Viena, capital a la que deberíamos mirar para copiar las políticas municipales.
Pamplona dedicó en 2020 el 0,06 % de los 233 millones de su presupuesto anual a la reforma del parque municipal de viviendas. A este ritmo, necesitarán 38 años para rehabilitarlo todo. Las viviendas en alquiler protegido y las viviendas municipales para el alquiler alcanzan en Pamplona un 3,3% del parque total de viviendas de la ciudad. En Viena, por los mismos conceptos. el 44%. Al consistorio, además de evaluar sus políticas de viviendas, les deberíamos exigir objetivos más ambiciosos.
Eduardo Moreno
Gerente de Ekíser