Cuenta atrás para la Directiva 2012/27/UE del Parlamento Europeo
A quien cuenta, se le llama contador. Y se puede contar de todo y para todos. Se cuentan los triunfos y los fracasos. Los despilfarros y los ahorros, se cuenta con llegar a fin de mes, aunque luego se cuentan hasta los minutos para cumplir los plazos. Cuentan las administraciones con leyes y reglamentos que tienen en cuenta el bien común, aunque algunos ciudadanos no caigamos en la cuenta que la lluvia no siempre cae de forma regular en el jardín.
Hay que caer en la cuenta de que la ley nos obligará a instalar contadores individuales en nuestra vivienda para que nos pasen la cuenta ajustada a nuestro consumo. Tener esa “autonomía” contable nos puede costar desde 700 hasta 1000 euros, pero genera un ahorro energético cuantificado del 15% – 20%.
El confort es otro factor que puede ayudar a tomar una decisión. Controlaremos en todo momento, incluso a través del móvil, la temperatura de nuestra vivienda, en su conjunto o por sectores concretos de la casa si así lo tenemos programado. Tanto coraje da llegar a casa y encontrarla “helada” como llegar a la conclusión que hemos estado tirando dinero durante horas por tener la calefacción a altas temperaturas sin necesidad. Y, además, podremos saber al instante cual es el gasto generado, lo que evitará desagradables sorpresas al recibir la factura mensual. Ese control/confort añade más aspectos positivos a la toma de decisiones.
Las cuentas medioambientales deben cuadrar y el que no se sume a la causa, podrá ser sancionado. Alemania ya lo tuvo en cuenta hace años y prácticamente la totalidad de sus hogares cuentan con medidores. Cada propietario “cotiza” por sus calores y por sus fríos. En España las cuentas hablan de un modesto 8% de hogares. La domótica se está convirtiendo en un buen aliado de la puesta en marcha de nuestro sistema de calefacción, habida cuenta que las viviendas de nueva construcción cuentan en sus instalaciones con esos sistemas.
No espere que la norma llame a su puerta. En estas breves líneas solo hemos contado una breve parte de las ventajas que supone adelantarse a la jugada. Ah, y recuerde que el que avisa no es traidor, es, simplemente, contador.