La orientación de una vivienda, ya sea para comprar o alquilar, es una cuestión que hay que considerar. Y es que, elegir bien la orientación puede tener un impacto directo en el consumo de energía. Si hablamos de climas más extremos, es un aspecto que adquiere gran importancia.

NORTE
La orientación norte no es de las mejores para la mayoría de climas en España, ya que el sol no incide de manera directa. La vivienda recibe la radiación solar a primera hora y a última hora del día en los meses de verano. Esto supone un gasto de calefacción más elevado.
SUR
Con la orientación sur, el sol incide en la vivienda durante todo el día, en las estaciones de invierno, primavera y otoño. En verano, en las horas centrales del día, las más calurosas.
Es una buena orientación en climas fríos. En climas más cálidos, puede implicar un mayor gasto de aire acondicionado. Eso sí, se ahorrará en calefacción en los meses con temperaturas más altas.
ESTE
Lo mejor de la orientación este es que no se genera un gasto energético acentuado, ya que el sol incide en la vivienda desde que sale, hasta mediodía, y durante todo el año.
Así, el calor se acumula durante el día, y se libera en las últimas horas.
OESTE
Al contrario que en el caso anterior, con la orientación oeste, el sol incide desde mediodía hasta el atardecer.
No se acumula calor durante el día, por lo tanto, el invierno resulta más confortable al recibir calor en las horas de más calor. Sin embargo, en los meses de verano, esto puede representar un mayor coste en aire acondicionado.
Como decíamos, a la hora de comprar o alquilar, es fundamental que tengamos en cuenta la orientación. Evidentemente, ésta influirá en el precio de la vivienda. Habrá ocasiones en las que merezca la pena invertir en un precio mayor si eso va a suponer, a la larga, un mayor ahorro en facturas de electricidad.