La eficiencia energética en los hogares es una cuestión que cada vez preocupa a más ciudadanos, y no sólo por factores como el ahorro en su factura. Reducir el impacto medioambiental es una aspiración que ha ido ganando importancia en los últimos años.
Más allá de la regulación de los precios de la energía por parte de distintos organismos, instituciones y empresas, hay acciones que se pueden emprender a nivel individual y que tendrán un impacto directo en la factura.
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Un correcto aislamiento térmico
Esto contribuirá a no desperdiciar energía, a mantener el calor en invierno y a evitar que la vivienda se caliente en exceso durante los meses de verano. Apostando por el aislamiento térmico, el usuario no necesitará utilizar los sistemas de climatización. Las ventanas y las puertas son las principales vías de escape del calor y frío.
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Iluminación LED
La primera y mejor opción es siempre aprovechar la luz natural del sol para evitar un uso innecesario de bombillas durante el día. Pero, en los momentos en los que esto no es posible, las bombillas LED ayudarán a reducir notablemente la factura de la luz, ya que son un 90% más eficientes. Además, tienen mucha más duración que las bombillas incandescentes.
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Electrodomésticos de bajo consumo
A la hora de comprar un electrodoméstico, es recomendable adquirir aquellos que tengan una etiqueta de eficiencia energética A+++. Puede que tengan un precio algo superior, pero merece la pena pagar el importe, ya que consumen bastante menos que otros aparatos menos eficientes (en el caso del frigorífico, por ejemplo, la diferencia es de hasta un 70%).
También es aconsejable que, al programar la lavadora, se opte por programas cortos, con temperaturas no superiores a 30ºC y un centrifugado igual o menor a 800 revoluciones. -
Temperatura saludable
Si se recurre a sistemas de climatización, lo más aconsejable es que la temperatura ronde los 21ºC.
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Los radiadores no son secadoras
Colocar la ropa sobre los radiadores para secarla no es recomendable, ya que se evita que circule aire caliente. Es preferible colocarla sobre una silla cerca del radiador.
En cualquier caso, merece la pena analizar cuál es el caso de cada usuario y cómo son sus hábitos de consumo, para adoptar medidas más específicas que ayuden a reducir la factura, pero sin perder confort.
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