La subida del precio de la luz que hemos experimentado en este 2021 no sólo está afectando a las familias y a las empresas, en las comunidades de vecinos el impacto ha sido de gran relevancia.
Desde el Colegio de Administradores de Fincas de Madrid afirman que, en muchos casos, dicho incremento ha supuesto un aumento de un 200% en el coste de los suministros eléctricos de una comunidad.
Existen comunidades que se han visto obligadas a acordar derramas para hacer frente a las facturas eléctricas y evitar el corte del suministro.
Esto, sumado a la situación que ha generado la pandemia, sobre todo en familias vulnerables, hace que el incremento en las cuotas comunitarias provoque un aumento de la morosidad en las comunidades.
Ante una situación así, adquiere gran importancia la labor del administrador de fincas. El profesional se encuentra ante un nuevo reto en cada comunidad. Estos últimos meses ha debido volver a analizar los servicios que más energía eléctrica consumen, ha renegociado (en la medida de lo posible) con el suministrador los contratos y ha requerido la implicación de los mantenedores para que se esfuercen en buscar nuevas fórmulas que procuren un equilibrio entre un adecuado servicio a los vecinos y un consumo eléctrico minimizado.

La pandemia y la subida del precio de la luz han incrementado la morosidad en las comunidades de propietarios
Por tanto, para intentar paliar la subida de la factura energética, las comunidades deberían adoptar medidas que minimicen las repercusiones del encarecimiento producido, revisando la potencia contratada, tarifas y elección de comercializadora.
Otra de las labores del administrador que está requiriendo de un nuevo ejercicio de ingenio es el control económico de las comunidades. El impacto del incremento de precio provoca una subida en los gastos mensuales que deben controlarse en mayor medida para evitar impagos de facturas, para evitar la devolución de las cuotas por parte de los comuneros, etc.
Por último, las comunidades de propietarios deberían plantearse medidas más estructurales dirigidas a corregir los defectos de aislamiento de los edificios e ineficiencia de sus instalaciones de agua caliente y calefacción, medidas que conducirán a un menor gasto en la factura energética y a una reducción de los gases de efecto invernadero en los edificios, y no perder asimismo la ocasión de beneficiarnos de las ayudas y subvenciones existentes. Cabe recordar que, en este sentido, nuestros edificios gastan el 40% del consumo energético y emiten el 36% de los gases de efecto invernadero.
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En definitiva, se requiere que el profesional aumente, aún más, su implicación en la vida comunitaria para que ésta se altere en la menor medida posible.
Con todo ello y para dar una respuesta rigurosa y profesional, en Ekiser hemos reforzado nuestro equipo de profesionales e incorporado el asesoramiento energético de los edificios a nuestra cartera de servicios.
Marco Martínez
Especialista en Administración de fincas