Después de seis años marcando en negativo, el euríbor a 12 meses ha experimentado este último mes de mayo un importante subida. El indicador del cálculo para las hipotecas variables alcanzó en mayo una media mensual de 0,287%, situándose así en su nivel más alto desde 2014.
Esto va a impactar directamente en la economía doméstica de muchos hogares con hipotecas a interés variable, que pasarán a pagar, de media, alrededor de 370 euros más al año.
El conocido término euríbor es un acrónimo de Tipo Europeo de Oferta Interbancaria y se refiere al tipo de interés al que las entidades de crédito pueden prestarse fondos en euros entre sí.
Entonces, si hasta hace cuatro meses este indicador estaba al -0,4%, ¿qué ha ocurrido para que se produzca esta escalada en las últimas semanas? Algunos bancos centrales, como la Reserva Federal de Estados Unidos, han subido los tipos de interés como medida para hacer frente a la inflación. Además, todo apunta a que el Banco Central Europeo (BCE) subirá el precio del dinero en julio de este año.
Estamos viviendo una importante subida de precios en la zona euro, provocada por por el incremento de la energía y el combustible debido a la guerra entre Rusia y Ucrania. En España, por ejemplo, la inflación se sitúa en el 8,7%. Por su parte, el BCE pronostica que esta subida de precios no se va a ver interrumpida a corto plazo.
En un terreno práctico, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) calculan que la cuota mensual se incrementará 31,4€ al mes por cada 100.000€ de capital pendiente. Esto supone unos 373 euros más al año.
Tipo fijo o variable
Según datos publicados en marzo por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el porcentaje de hipotecas sujetas a un tipo de interés variable se sitúa en el 52%. Esto significa que más de la mitad de las viviendas hipotecadas en España se van a ver afectadas por la escalada del euríbor de los últimos meses. No obstante, cabe destacar que actualmente casi tres cuartas partes de las hipotecas que se están firmando son a tipo fijo.
No es sencillo elegir entre una hipoteca fija o una variable. La primera ofrece una mayo estabilidad, ya que las cuotas no varían mientras dura el préstamo. No dependen de los cambios que se produzcan en los tipos de interés, como sí ocurre a las hipotecas variables.
Nos encontramos ante una situación complicada e incierta. Durante los últimos años, los préstamos variables se han beneficiado de los tipos de interés negativos. Para contrarrestar esto, las entidades bancarias bajaron los tipos fijos para hacerlos más atractivos. Sin embargo, a día de hoy y con la subida del euríbor, los bancos están endureciendo los préstamos a tipo fijo mientras los cambios en el mercado encarecen los de tipo variable.
La OCU aconseja no tomar una decisión precipitada a la hora de cambiar de una hipoteca fija a otra variable, o viceversa. Hay que tener en cuenta que, de media, el préstamo hipotecario vence pasados 20 años, por lo que hay que pensarlo muy bien y valorar si merece la pena el cambio ante una situación que parece temporal.