La acción para la mejora de la eficiencia energética de dos edificios de la calle Río Ega, en el barrio pamplonés de Azpilagaña, ha sido reconocida con el III premio Biziberri, galardón que reconoce a los mejores proyectos de rehabilitación.
El premio, nacido en 2018, “reconoce el esfuerzo de las comunidades y las familias que rehabilitan las vivienda”, señala José María Aierdi, vicepresidente y consejero de Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos Estratégicos del Gobierno de Navarra. De igual manera, en el programa ‘Más de uno’, de Onda Cero, destacó que este reconocimiento “sirve para visibilizar el resultado de una rehabilitación contada por los actores de la película y así animar a mejorar el parque de viviendas”.
Rehabilitar una vivienda otorga una segunda vida a la misma, ya que permite “conservar el espacio de vivencia”. En este sentido, Laly Porrón, administradora de fincas de Ekíser y encargada de la gestión de una de las comunidades premiadas, puso de relieve la importancia de ser proactivo desde la administración del edificio: “Somos conscientes de lo que supone una rehabilitación, se revaloriza el inmueble y se obtiene mayor confort”. En este caso, se han distinguido las obras de envolvente térmica de Río Ega 24, un edificio de casi 50 años.
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Y es que con la existencia de las ayudas actuales, muchas compatibles entre sí, y las deducciones fiscales, es un muy buen momento para apostar por rehabilitar. “Se puede conseguir un nivel de financiación muy importante, pero este tiempo tiene su caducidad. Una vez se acabe esta convocatoria, será el esfuerzo de los navarros y las navarras el que financie estas obras”, expuso Aierdi.
En este sentido, la administradora de fincas de Ekíser cree que es importante agradecer y aprovechar estas ayudas, pero considera que hay margen de mejora, sobre todo en lo referente a la burocracia: “La rehabilitación es un camino largo y arduo, desde la aprobación por parte de los propietarios hasta la realización de las obras. Además, la burocracia es muy costosa para nosotros y para los vecinos, y los fondos llegan al final del camino”.
Esta situación alarga los procesos y provoca que haya que “recalcular presupuestos y que los vecinos tengan que pagar más de nuevo”, concluyó Laly Porrón.