Resulta llamativo acudir a juntas de propietarios y ver que la asistencia muchas veces es mínima. Incluso hay ocasiones en las que no asiste nadie, teniendo que convocar una nueva reunión a las que pocos más propietarios acuden.
Bien es cierto que para que la que la gestión de la comunidad sea óptima, es importante confiar en la labor del administrador de fincas, pero no es menos relevante realizar un trabajo de control, y para ello están las juntas. En las ordinarias, que deben celebrarse anualmente, es donde el administrador se examina ante los propietarios.
Independientemente de los puntos extraordinarios incluidos en el orden del día, es aconsejable acudir a las juntas para comprobar cuanto menos el estado de las cuentas. El administrador debe justificar el saldo mediante un extracto bancario. De esta manera, evitaremos desagradables sorpresas en un futuro. La asistencia a las juntas no debe ser únicamente un mecanismo de control, sino también de comunicación: es el momento de hacer valorar la evolución de la comunidad a lo largo del año, así como de transmitir la necesidad de mejoras o reparaciones.
La elección del presidente
La elección de presidente es otro de los puntos a tratar en las juntas anuales. Sin perjuicio de que haya establecido un sistema para la elección del presidente (turno rotatorio, sorteo…), si hay un voluntario para ocupar el cargo de presidente y la junta lo aprueba, este tendría prioridad. Hay que señalar que el hecho de no acudir a la junta no exime de ser elegido presidente. Es un cargo que despierta una gran incertidumbre entre los propietarios. El artículo 13.3 de la Ley de Propiedad Horizontal dice que “el presidente ostentará legalmente la representación de la comunidad, en juicio y fuera de él, en todos los asuntos que la afecten”. Sus tareas pasan por convocar la junta general ordinaria, firmar cierre de actas o representar a la comunidad en la contratación de obras y servicios. No cabe duda que todo es más sencillo si cuentas con un administrador que oriente y ayude a realizar todas estas gestiones.
Si por el motivo que sea no se puede acudir a la reunión, se aconseja entregar una representación a una persona de confianza que vaya a asistir a la junta. Puede ser cualquier propietario o el administrador.